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Roberto Rosado
178 Görünümler · 4 yıl önce

UN NUEVO LOOK

«Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad»

(Efesios 4:24). La voz original griega de la palabra «vestíos» es endúo, término que indica ‘meterse en un atavío’ y se ha traducido por ‘ponerse ropa’ o ‘vestirse’. La ropa comunica un sentimiento en el que la lleva: las prendas de trabajo o deporte predisponen a la acción y el atavío elegante invita a un movimiento despacioso y exquisito. Esto afecta no solo a quienes portan el tejido, sino también a los que lo ven desde el exterior. En efecto, la ropa conduce a prejuicios. Por ejemplo, hay estudios que muestran que es más probable sufrir de discriminación por el modo de vestir que por la raza u origen étnico.

En ocasiones la leyenda ha tomado este concepto para añadir propiedades mágicas a la ropa. El escritor ruso León Tolstói (1828–1910) relata el cuento de un zar que enfermó gravemente. Los mejores médicos le aplicaron los remedios más avanzados, pero su salud no mejoró. Desesperado, ofreció la mitad de sus posesiones a quien fuera capaz de curarlo. Muchos acudieron con procedimientos que no convencieron al soberano. Pero un trovador le infundió esperanza: «Señor, la única medicina para vuestros males es vestir la camisa del hombre más feliz que se encuentre».

Los soldados del zar buscaron por todos los confines, pero ante tanta carencia, dolor y sufrimiento, les resultó difícil identificar a alguien que fuera feliz. Aun quienes tenían de todo se quejaban por algo. Finalmente encontraron a un hombre humilde que vivía en una choza. No tenía mucho, pero contaba con muy buena salud y gozaba del cariño de familiares y amigos. Concluyeron que era el hombre más feliz.

-Traed prestamente la camisa de ese hombre —fue la orden del palacio—. No importa lo que pida por ella.

Pero los emisarios regresaron con las manos vacías.

-¿Dónde está la camisa? -increparon los oficiales.

Apenados, respondieron:

-Aquel hombre no tenía camisa.

El apóstol Pablo usa esta figura de la ropa nueva para describir al hombre nuevo quien, después del nuevo nacimiento, goza de una condición diferente a la anterior. Según Efesios 4, la nueva condición transforma el carácter, desecha la mentira, el enojo y el robo, promueve el trabajo y el altruismo, aparte de favorecer la manera de hablar, que proporciona gracia y edifica a los oyentes. Además, el nuevo hombre no tiene amargura, ira, gritería, maledicencia, ni ninguna clase de malicia.

Prueba hoy a ponerte ropa nueva, ese atuendo espiritual que se traduce en frutos del carácter. Dios te lo ofrece gratuitamente.


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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza

Roberto Rosado
147 Görünümler · 4 yıl önce

EL MEJOR TRATAMIENTO DE BELLEZA

«Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios» (1 Pedro 3:3-4).

Un programa televisivo de viajes invitó a un grupo de cinco hombres, nativos de un pueblo primitivo de las islas del sur del Pacífico, a conocer la cultura norteamericana. Disfrutaron de paisajes naturales y entornos urbanos, probaron toda clase de comida, se desplazaron en diversos medios de transporte y participaron en todo tipo de actividad recreativa, cultural y de consumo. Entre estas, un tratamiento de belleza en un centro especializado. El presentador que los conducía intentó acrecentar el interés por la apariencia juvenil y preguntó a uno de los nativos al entrar al salón:

-¿Le gustaría parecer diez años más joven?

Algo extrañado, el invitado contestó:

-No. Me gustaría llegar a viejo y vivir diez años más de lo normal.

La cultura del isleño exaltaba la longevidad, aun con arrugas en la cara. Mientras que los valores del occidental estaban centrados en la apariencia juvenil.

Para mejorar la belleza física la industria mueve cada año cantidades millonarias de dinero en productos y servicios que absorben gran parte del presupuesto personal del consumidor. La ropa y el calzado, por ejemplo, van mucho más allá de su papel funcional y se compran por su diseño, la marca comercial o la habilidad de atraer la atención de otros. Hay productos cosméticos para embellecer el cutis, el pelo, las cejas, las pestañas, las uñas, la piel... Están además las joyas que penden de diversos lugares del cuerpo a fin de dar más luz a la imagen corporal. Y aparte de los objetos que añadimos a nuestro cuerpo están los tratamientos que se aplican con el mismo objetivo. Nos referimos a masajes, arcillas, lifting, bótox, o incluso cirugía reparadora para retocar detalles corporales que resulten más agradables a la vista.

Pero el texto inspirado hace distinción entre dos tipos de adorno. Por un lado, ropa, peinados y joyas. Por el otro, un espíritu afable y apacible. El primero, puede comprarse con dinero, pero es temporal. El segundo es incorruptible y se recibe por medio del Espíritu Santo que transforma corazones y produce espíritus llenos de paz y de mansedumbre.

Ora hoy para que Dios transforme tu corazón y deseche de él cualquier mal y te conceda ese «adorno de un espíritu afable y apacible» para que seas una bendición para muchos.

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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza

Roberto Rosado
146 Görünümler · 4 yıl önce

LA ARROGANCIA

«Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que esta entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno» (Romanos 12:3).

Los apartamentos de lujo del edificio Richelieu en las playas de Pass Christian (Misisipi, EE. UU.) contaban con la animación propia del veraneante de la gran ciudad. Se divertían con espíritu despreocupado y abundancia de bebidas alcohólicas. La policía recibió la alarma de que el huracán Camille estaba tocando la costa occidental cubana y se aproximaba al Golfo de México para irrumpir de lleno en el estado de Misisipi. El jefe de policía, Jerry Peralta, movilizó su equipo para evacuar todos los edificios playeros. La mayoría de las personas obedecieron la orden, pero un numeroso grupo del edificio Richelieu desafió al agente:

—¡Señor Peralta, estamos en nuestra propiedad y para sacarnos de aquí tendrá que traer una orden de detención!¡Hemos sobrevivido a varios huracanes! ¡Este edificio es sólido como la roca!

Aquella noche el huracán arrasó la costa de Misisipi a una velocidad de más de 280 km/h, desapareciendo varios edificios, entre ellos el Richelieu. Era el 17 de agosto de 1969. El Camille fue el segundo huracán más poderoso del siglo XX, después de otro que tuvo lugar en 1935. Solo en la localidad de Pass Christian murieron 78 personas, la mayoría de ellas pensaban que eran lo suficientemente fuertes para sobrevivir sin necesidad de evacuar.

La ausencia de autoestima conlleva riesgos: pérdida de rendimiento académico y laboral, dificultad en las relaciones, así como vulnerabilidad a la adicción a sustancias psicoactivas, a ser víctima de abusos, ansiedad y depresión, entre otros. Pero el exceso de autoestima es la arrogancia y conduce a situaciones desastrosas como la actitud de aquellos vecinos del edificio Richelieu y, aún más, lleva a la perdición moral. En efecto, actitudes tales como la vanagloria, el engreimiento, la altivez, el orgullo y la soberbia son rasgos diametralmente opuestos al espíritu cristiano de humildad.

El apóstol no recomienda ni la arrogancia ni el desprecio por uno mismo. Nos invita al pensamiento cuerdo (o equilibrado) sobre nosotros mismos. Algunos están tentados a alcanzar el extremo de la altanería, otros, el autodesprecio. Tanto si tiendes a un lado como al otro, piensa en los dones que Dios te ha dado y, al mismo tiempo, practica la humildad mirando al ejemplo supremo de Jesús, quien «no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos» (Marcos 10:45).

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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza

Roberto Rosado
51 Görünümler · 4 yıl önce

PREDESTINADOS A SER SALVOS

«Antes que te formara en el vientre, te conocí, y antes que nacieras, te santifique, te di por profeta a las naciones» (Jeremías 1:5).

Se cuenta la historia de un grupo de jóvenes seminaristas que debatían intensamente el tema de la predestinación. La discusión llegó a tal grado de acaloramiento que se apartaron unos de otros formando dos bandos: uno a favor y otro contra. En medio quedó un joven indeciso que no estaba seguro de dónde ubicarse. Finalmente se decantó por el grupo de la predestinación. Cuando se acercó, los compañeros le preguntaron:

-¿Quién te envía a nuestro grupo?

-Nadie —respondió-. Vengo por mi propia voluntad.

A lo que los partidarios de la predestinación le respondieron:

-¿Por tu propia voluntad? No, no, ¡tienes que unirte al grupo contrario!

Cuando llegó al otro bando, le preguntaron:

-¿Por qué has decidido unirte a nosotros?

-En realidad, me envían los del otro grupo —respondió el joven.

-¿Te han enviado ellos? ¡No! ¡De ninguna manera! No puedes ser de los nuestros ¡a no ser que vengas por tu propia voluntad!

La salvación cuenta con dos pasos: Dios nos escoge, de alguna manera nos «predestina» a ser salvos y, después, nosotros escogemos la oferta que Dios nos hace. Los dos pasos son necesarios. El primero está garantizado. El segundo, depende de cada persona.

El versículo de hoy puede mirarse desde la perspectiva de la «predestinación». El Señor escoge a su siervo, el profeta Jeremías, desde que empieza a formarse en el seno materno. La promesa puede extenderse a todos los creyentes, como lo indican las palabras del apóstol Pablo a la iglesia: «Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad» (Efesios 1:5). Hecha esta oferta, este don, lo tenemos que aceptar, tenemos que hacer la elección correcta: «Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia» (Deuteronomio 30:19).

La salvación eterna está disponible para todo ser humano. Jesús murió, resucitó e intercede para que nuestra salvación esté asegurada. ¡Qué enorme privilegio saber que Dios nos conoce y nos escoge desde antes de nuestro nacimiento y nos destina a ser salvos! Esta razón debería ser suficiente para sentir un sano orgullo, un gozo inefable por lo que Dios ha hecho por nosotros.

Si te tienta el pensamiento de no ser apto para algo, piensa que ya eras apto desde el vientre de tu madre porque Dios te escogió. Tú solo tienes que escogerlo a él.

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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza

Roberto Rosado
92 Görünümler · 4 yıl önce

UNA OBRA FORMIDABLE

«Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabare, porque formidables y maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien». (Salmo 139:13-14).

La perfección de la maquinaria humana es siempre motivo de asombro. Una mirada detallada a cualquier sistema orgánico nos abrirá la puerta a un microcosmos misterioso e infinito. Pensemos en una simple pregunta con respuesta:

-¿Cómo se llama el jefe de ventas?

-Su nombre es Álvaro.

Las terminales nerviosas del oído interno reciben las vibraciones sonoras y las transforman en impulsos eléctricos. Por medio de los neurotransmisores las señales pasan de neurona a neurona por medio de la intrincada comunicación sináptica. La comunicación ocurre simultáneamente en ambos lados del cerebro hasta alcanzar sendas áreas auditivas. De este modo, la persona «oye» el sonido de las palabras y rápidamente procede a comprenderlo. Para ello, neuronas especializadas transmiten señales dirigidas a la corteza cerebral concretamente al área de Wernicke, que «entiende» el mensaje. A partir de ahí, el cerebro necesita evocar el nombre del jefe de personal.

Nuevas células nerviosas por medios eléctricos y químicos se ponen en funcionamiento para localizar el nombre. No existe una zona específica de almacenamiento de datos, sino que estos están dispersos en diversas ubicaciones. Una vez hallado, el nombre ha de ser emitido usando un código fonético. Las instrucciones fonéticas corresponden al área de Broca, en el lóbulo frontal izquierdo, y de ahí la información se desplaza al área motriz de la corteza, pues solo esta zona cerebral puede dar órdenes a los músculos y órganos de la fonación (cuerdas vocales, laringe, lengua, etc.). Así viene la respuesta: «Su nombre es Álvaro».

Cualquier conducta o función orgánica del ser humano tiene una enorme complejidad. Detrás de ella está la inteligencia infinita de nuestro Creador. El texto de hoy describe una acción personalizada y llena de amor: «Tú formaste mis entrañas». Amigo lector, Dios conoce cada una de las células de tu cuerpo porque él las ha creado y las ha formado. El resultado es el ser único e irrepetible que tú eres: privilegiado y especial, creado para honrar al cielo y servir al prójimo.

Agradece al Señor por las muchas dádivas recibidas. Aunque, como cualquier otra persona, tengas debilidades, las virtudes que él te concede las sobrepasan. Es más, el Creador cuenta con todo lo que necesitas para suplir tus deficiencias: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19).

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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza

Roberto Rosado
40 Görünümler · 4 yıl önce

LA VERDADERA AUTOESTIMA

«Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo"» (Mateo 22:39).

El mandato: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», sugiere que el amor hacia nuestros semejantes debe ser amplio y generoso, pues todo ser humano cuenta con una medida razonable de amor hacia sí mismo. Es una comparación similar a la que usa Pablo cuando dice que «los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos» (Efesios 5:28, énfasis añadido), pues es natural que cuidemos y protejamos nuestro cuerpo procurando el bienestar y evitando el dolor.

Sin embargo, hay excepciones a esta regla. Hay personas que, afectadas por desequilibrios emocionales, se desprecian a sí mismas. Hemos encontrado jóvenes de apariencia hermosa, con grandes habilidades académicas y musicales, así como dotes de liderazgo que están convencidos de una supuesta fealdad, torpeza, carencia de talento musical e incapacidad de dirigir un grupo. Esos son los resultados de la autoestima pobre. Es más, hay quienes alcanzan el extremo de desear la muerte y expresan tendencias, o incluso intentos, suicidas. Estos pueden llegar a aborrecerse a sí mismos y, por lo tanto, no podríamos invitarles a que amaran al prójimo «como a sí mismos», pues estaríamos pidiéndoles que odiasen a su prójimo.

Pero, ¿qué significa amarse a uno mismo? Para algunos, supone cuidar su apariencia y prolongar la juventud tanto como sea posible. Después de que el bótox y los lifting hayan estado en uso durante años, empezamos a ver que este tipo de amor a uno mismo conlleva consecuencias adversas. En Hollywood, estas caras retocadas preocupan a los directores de cine, pues les resulta imposible tomar primeros planos faciales que reflejen emociones claras. Es más, hay estudios que muestran que, aparte de limitar la expresión verbal, también limitan la experiencia emocional. Se han observado tomografías cerebrales en las que los centros de la emotividad no solo son motivados por la voluntad y los pensamientos propios, sino también por medio de la expresión facial; y cuando esta es deficiente, la sensación emocional se percibe solo a medias. Llegar a extremos de este tipo de amor hacia uno mismo no parece la mejor solución a la autoestima empobrecida.

El amor hacia uno mismo del que habla la Biblia debe traducirse en reconocer los dones recibidos por el Creador, ser consciente de su valor, aceptarlos con gusto y utilizarlos para el servicio a los demás y para la gloria de Dios.

Pensemos hoy en nuestras fortalezas, todas de origen divino. Agradezcámosle a Dios lo que nos ha otorgado y roguémosle que nos presente las oportunidades precisas para ponerlas en función de acuerdo con su voluntad.

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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza

Roberto Rosado
95 Görünümler · 4 yıl önce

CRIATURAS DE IMPORTANCIA

«Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra”» (Génesis 1:26).

La primera vez que salí de mi casa para hacer estudios superiores en los Estados Unidos de Norteamérica conocí en la comunidad universitaria a un matrimonio que, por haber visitado España, entabló amistad conmigo. Al poco tiempo tuvieron que ausentarse para hacer un largo viaje al extranjero y me invitaron a quedarme en su casa para mantener las cosas en orden. Me dejaron una lista de tareas simples que había de hacer o comprobar de forma sistemática. También me ofrecieron usar su coche, que por cierto era de lujo, para que me desplazara cuando lo considerara oportuno. Me habían dejado al cuidado de una costosa propiedad, repleta de enseres de valor. Quedé abrumado por la confianza que habían depositado en mí. «¿Cómo es posible que confíen de este modo en un desconocido?», me preguntaba. Aquella fue una potente inyección de autoestima que produjo el impacto necesario para extremar mi cuidado en las cosas encomendadas, más que si fueran mías.

El primer capítulo de la Biblia nos enseña que, al final de cada día de la Creación, vio Dios que todo lo creado era bueno. Declaró el Creador la bondad de la luz, el firmamento, los océanos, la tierra, la hierba, los árboles, el sol, la luna, las estrellas, los animales marinos, las aves y los animales terrestres. También se nos dice que Dios hizo al hombre a su imagen y conforme a su semejanza.

Del relato obtenemos al menos dos fuentes de autoestima. Primera, Dios creó al hombre a su imagen y conforme a su semejanza. Puso en él cualidades nobles, una mente compleja y equilibrada, dotes de armonía y rasgos bondadosos de carácter. Segunda, le concedió «potestad» (poder, mando, autoridad) sobre todo lo creado.

Este mes lo dedicamos a la autoestima. Si bien es verdad que el mal casi ha borrado la imagen de Dios en nosotros, contar con la semejanza a nuestro Creador es un privilegio que debería producir un sano orgullo y un deseo de servirle mejor. Es también un honor poseer autoridad para administrar los recursos de la naturaleza. Si en alguna ocasión estás tentado a pensar que eres incapaz, inferior, o falto de valor, piensa en tu origen divino y en el cargo sublime que Dios te ha encomendado.

Tú eres de alta estima ante el Señor. Y lo eres más porque Jesús te ha redimido para restaurar la imagen completa de Dios en ti.

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Narrado Por: Merari Medina
Lecturas Devocionales para Adultos 2020
Un corazón alegre
Por: Julián Melgosa y Laura Fidanza