Devocion Matutina Para Jovenes - Sabado 4 de Enero del 2020
MARCO POLO
Además, les di mis días de descanso como una señal entre ellos y yo. Ezequiel 20:12.
Marco Polo, de 17 años de edad, escuchaba embelesado a su padre Nicolo Polo y a su tío Mateo Polo, hablar de sus aventuras en las lejanas tierras de Catay.
-¿Podría acompañarlos en su próximo viaje? -preguntó Marco.
-No veo por qué no -respondió su padre-. Te has convertido en un joven fuerte e inteligente. Por supuesto que nos puedes acompañar.
En abril de 1271, los tres Polo emprendieron su largo viaje a Catay (hoy China). Partieron en barco de Venecia a Palestina. De allí, tuvieron que caminar o viajar en camello. No existían carreteras, ni había carros ni autobuses en esos días. Los hombres eran bárbaros e incivilizados. Abundaban los asaltantes y delincuentes a lo largo de los caminos, que robaban a los viajeros solitarios.
-Esto nos protegerá en nuestro viaje -dijo Nicolo sacando una medalla de oro redonda con grabados de unos símbolos raros.
-¿Qué es eso? -preguntó Marco.
-Este es nuestro salvoconducto -le respondió el Sr. Polo-. Kublai Khan nos lo dio. Ordena a todos los súbditos del gran Khan que nos ayuden dondequiera que vayamos. Nuestras vidas dependen de esto.
Con la medalla de oro en mano, los Polo viajaron por muchos países de Oriente sin mayores contratiempos, y regresaron sanos y salvos a su hogar después de 24 años.
El pueblo de Dios tendrá que enfrentar muchos peligros y tiempos difíciles en los últimos días. Habrá tribulación en este mundo como no se ha visto jamás. Los que desprecian a Dios querrán eliminar a los que lo aman y guardan sus Mandamientos.
Durante la tribulación, tendremos una medalla de oro que será nuestro santo y seña, provista por nuestro buen Dios: el cuarto Mandamiento. Cuando se emita el decreto de muerte para todos los que guarden el sábado, entonces los líeles a Jesús, que guardan sus Mandamientos, serán protegidos, del mismo modo en que Nicolo y Marco estuvieron a salvo a lo largo de su viaje. A ellos no les sobrevino ningún mal gracias a su medalla de oro. A nosotros tampoco nos sobrevendrá ningún mal, por causa de la Ley de Dios que está grabada en nuestro corazón.
Mantente fiel a Dios y a su santo sábado. La confianza obediente en Cristo es tu salvoconducto de oro. Es tu señal.
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Narrado por: Daniel Ramos
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